Mayo 2022 “Sígueme”
«La paz les dejo, mi paz les doy» «La paz de saber que, incluso en medio de las mayores dificultades, la victoria ya ha sido ganada, ya somos hijos de Dios, y ya nos aguarda la vida eterna. Amor y paz. Sí, amor que nos
«La paz de saber que, incluso en medio de las mayores dificultades, la victoria ya ha sido ganada, ya somos hijos de Dios, y ya nos aguarda la vida eterna. Amor y paz. Sí, amor que nos viene de Dios y nos prepara para recibir la paz, que también viene de Él. Así pues, que no tiemble nuestro corazón; antes bien, que siga creyendo en el Amor y esperando en la paz del Señor».
«Han sido salvados por la misma sangre, son una única familia, por tanto, acójanse mutuamente, ámense unos a otros, cúrense las heridas recíprocamente. Sin sospechas, sin divisiones, sin habladurías, rumores o recelos. Hermanos y hermanas, hagan “sínodo”, es decir, “caminen juntos”. Porque Dios está presente donde reina el amor ». (Homilía de S.S. Francisco, 2 de abril de 2022).
«La resurrección de Jesucristo será siempre el vivo recuerdo del amor de Dios por nosotros, el recuerdo perenne de que Él venció a la muerte, destino que tendríamos si el pecado continuase encadenado a nosotros… con Cristo, nuestras
únicas cadenas son las del amor..»
«En estos días pascuales, reconozcamos y reencontrémonos con el Señor, con su misericordia. Digámosle que quizás no somos capaces de amarle como lo merece, pero queremos hacerlo con mayor intensidad para sanar nuestras debilidades y, con su gracia, a través de nuestro testimonio, muchos otros puedan tener la experiencia de conocer a Cristo.»
«Sólo si acogemos el amor de Dios podremos dar algo nuevo al mundo. Así, misericordiados, los discípulos se volvieron misericordiosos. (Homilía de S.S. Francisco, 11 de abril de 2021)
«El pecado envejece el corazón, siempre. Te hace un corazón duro, viejo, cansado. El pecado cansa el corazón y perdemos un poco la fe en Cristo Resucitado.» (Homilía de S.S. 15 de abril de 2018)
«Y, a lo largo del vía crucis cotidiano, nos encontramos con los rostros de tantos hermanos y hermanas en dificultad: no pasemos de largo, dejemos que nuestro corazón se mueva a compasión y acerquémonos. En este momento, como el Cirineo, podemos pensar: “¿Por qué justamente yo?”. Pero luego descubriremos el don que, sin merecerlo, se nos ha concedido.» (Homilía de S.S. 28 de marzo de 2021)
«Esta es la mayor certeza que podemos tener en esta vida, a todo pecador arrepentido la sentencia de Dios será el amor.»
«En el arte de ascender, la victoria no está en no caer, sino en no permanecer caído. No permanecer caído…» (Homilía de S.S. Francisco, 26 de enero de 2019).
«En esta Cuaresma descubramos el valor y el sentido de nuestra vida.Que el llamado a la conversión sea un llamado a dar fruto y
no solo a cambiar. »
«Estamos llamados a vivir el encuentro con Cristo para que, iluminados por su luz, podamos llevarla y hacerla brillar en todas partes.»
«Ante la fatiga, hasta la tentación más insignificante se nos presenta como una verdadera prueba. Dios la permite para que nos purifiquemos, pues cuando el desaliento y el cansancio nos invaden, tan solo las convicciones más profundas permanecen.»
«El Evangelio de hoy invita a que cada uno entre en la intimidad de su corazón y vea lo que hay en él, pues cuando se realizan juicios contra los demás, en realidad se está juzgando el propio comportamiento, el cual se pretende ocultar con aires de superioridad.»
«El Señor extiende su mano: es un gesto gratuito, no obligado. Así es como se hace. No estamos llamados a hacer el bien solo a los que nos aman. Corresponder es normal, pero Jesús pide ir más lejos: dar a los que no tienen con qué devolver, es decir, amar gratuitamente.» (Homilía de S.S. Francisco, 18 de noviembre de 2018).
«Los laicos están en primera línea de la vida de la Iglesia. Necesitamos su testimonio sobre la verdad del Evangelio y su ejemplo al expresar su fe con la práctica de la solidaridad» (Homilía de S.S. Francisco, mayo de 2018).
«Pedro es el hombre que acoge decidido la invitación de Jesús, que lo deja todo y lo sigue, para transformarse en nuevo pescador, cuya misión consiste en llevar a sus hermanos al Reino de Dios, donde la vida se hace plena y feliz.»(Homilía de S.S. Francisco, 7 de septiembre de 2017).
«Estamos en el Año de Gracia del Señor. Es la mismísima Trinidad actuando en la historia, iluminándola para hacer posible nuestra Salvación. A eso se refieren las Escrituras. Y es esto lo que nos dice el Señor que se ha cumplido.»
«el servicio más grande que podemos hacer al prójimo: con nuestra oración y nuestras obras llevarlos a Jesús.»
«Dios nos mira con misericordia y nos recuerda que Él tiene un plan diseñado a nuestra medida según su corazón. Somos hijos de Dios.Eso es precisamente lo que Cristo nos alcanzó al cargar nuestros pecados y clavarlos con Él en la cruz: la filiación divina.»
«Jesús, ayúdame a mirar como Tú miras y a grabar en mi corazón con letras de fuego mi identidad más verdadera y profunda: Soy TU hijo y me amas.»
El Niño Jesús tenía bien clara su misión, de ahí que le dice a su Madre cuando le interroga: ¿Por qué me andan buscando? ¿No sabían que yo debía estar en la casa de mi Padre?. Nos ponemos en manos de la Virgen María, que guardaba todo en su corazón, para que nos conceda la gracia de poder llevar a término nuestra misión-vocación.
«El mensaje del Evangelio es fuente de gozo: “Les he dicho estas cosas para que mi alegría esté en ustedes, y esa alegría sea plena”. Una alegría que se contagia de generación en generación y de la cual somos herederos. Porque somos cristianos.» (S.S. Francisco, 18 de enero de 2018)
¡Hoy tenemos el testimonio guadalupano! Esta transmisión del amor nos viene compartido por la Morenita en tres momentos:
Primero: Rogó al Padre para venir desde el cielo a nuestro auxilio.
Segundo: Visitó nuestro pueblo y nos presentó a su Hijo.
Tercero: Se quedó con nosotros para poder tocar a la puerta de todos los
corazones afligidos.
«No esperemos una oportunidad especial, todos los días son una oportunidad que Dios nos regala para ser sus discípulos misioneros, ser verdaderos testigos del amor en medio del mundo, con nuestra coherencia de vida, llevando misericordia, llevando la alegría del Evangelio.»
«Libres seremos pronto de levantar las banderas de la fraternidad, de la verdad, del amor, de la paz y de la justicia; libres para caminar en santidad; libres para alcanzar la felicidad en plenitud.»
«El Reino de Dios se fundamenta sobre el amor y se radica en los corazones, ofreciendo a quien lo acoge paz, libertad y plenitud de vida. Todos nosotros queremos paz, queremos libertad, queremos plenitud. ¿Cómo se consigue? Basta con que dejes que el amor de Dios se radique en el corazón y tendrás paz, libertad y tendrás plenitud. Jesús hoy nos pide que dejemos que Él se convierta en nuestro rey.» (Homilía de S.S. Francisco, 29 de noviembre de 2020).
«Así como antes de nacer nos esperaban quienes nos amaban, ahora nos espera el Amor mismo. Y si nos esperan en el Cielo, ¿por qué vivir con pretensiones terrenales? ¿Por qué agobiarse por alcanzar un poco de dinero, fama, éxito, todas cosas efímeras? ¿Por qué perder el tiempo quejándose de la noche mientras nos espera la luz del día?.» (Homilía de S.S. Francisco, 29 de noviembre de 2020).
«Pongamos en manos de nuestro Padre del cielo toda nuestra vida; miremos al pasado con gratitud, el presente con alegría y el futuro con esperanza, esas tres palabras que deben marcar nuestro día a día.»
«Más fuerte que cualquier argumento en contra, en el corazón de un hombre hay una voz que invoca. Todos tenemos esta voz dentro. Una voz que brota espontáneamente, sin que nadie la mande, una voz que se interroga sobre el sentido de nuestro camino aquí abajo, especialmente cuando nos encontramos en la oscuridad: ¡Jesús, ten compasión de mí!. Hermosa oración»
«Servir significa cuidar la fragilidad, en nuestra familia, en nuestra comunidad y en nuestra sociedad»
«El abandonarse en Dios es sencillo, pero no es fácil. La cima es muy alta y no se sabe dónde se caerá. La libertad escoge quedarse y no lanzarse hacia el amor. Este abandono en Ti no lo puedo hacer sin Ti; es imposible para mí. Llévame de la mano, Señor.»
«Señor, acoge a todos tus hijos que no hemos sabido cómo amar realmente y que muchas veces queremos juzgar, en el amor, a aquellos que más amor necesitan.»
«En el fondo, hasta el día en el que no arriesgamos la existencia con el Señor, tocando con la mano que en Él se encuentra la vida, hacemos solo teorías. En los santos vemos lo que nuestro corazón desea profundamente: autenticidad, relaciones verdaderas, radicalidad.» (Homilía de S.S. Francisco, 22 de agosto de 2018).
«Jesús nos dice que no vino a ser servido sino a servir, y es que todos tenemos una misión, un servicio que cumplir. Ya lo decía Madre Teresa: “el que no vive para servir, no sirve para vivir.»
«Para la lógica de Dios el sacrificio y el sufrimiento, por amor a Cristo, es de valor precioso. El sufrimiento y el sacrificio disminuyen la influencia de la carne y aumentan la influencia del espíritu en el alma.»
«Hemos sido curados de la sordera del egoísmo y del mutismo de la cerrazón y del pecado y hemos sido incorporados en la gran familia de la Iglesia; podemos escuchar a Dios que nos habla y comunicar su Palabra a cuantos no la han escuchado nunca.» (SS Francisco, ángelus 6 de septiembre de 2015).
«La tarea de la Ley es llevar al hombre a su verdad, es decir, a su pobreza, que se convierte en apertura auténtica, en apertura personal a la misericordia de Dios; Él lo hace todo; pero tenemos que abrirle el corazón»
(Cf Homilía de S.S. Francisco, 21 de noviembre de 2018).
«La comunión es asimilación: comiéndole a Él, nos hacemos como Él. Pero esto requiere nuestro “sí”, nuestra adhesión de fe.»
(Ángelus de S.S. Francisco, 16 de agosto de 2015)
«Si olvidamos el bien, el corazón se encoge. Pero si, como María, recordamos las maravillas que el Señor realiza, si al menos una vez al día lo magnificamos, entonces damos un gran paso adelante» (Cf Angelus S.S. Francisco, 15 de agosto de 2020)
«No convertimos a nadie, es el Padre quien atrae. Podemos simplemente dar un testimonio de fe. El Padre atrae a través del testimonio de la fe. Preguntémonos: ¿doy testimonio con mi forma de vida, rezo para que el Padre atraiga a la gente a Jesús.» (S.S. Francisco, 30 de abril de 2020)
Sólo quien ha probado la dulzura de Cristo presente en la Eucaristía puede afirmar con certeza que Él sacia el hambre y la sed. Sólo así se puede exclamar: «danos siempre de ese pan».
«La paz les dejo, mi paz les doy» «La paz de saber que, incluso en medio de las mayores dificultades, la victoria ya ha sido ganada, ya somos hijos de Dios, y ya nos aguarda la vida eterna. Amor y paz. Sí, amor que nos
«Hemos visto al Señor» «Sólo si acogemos el amor de Dios podremos dar algo nuevo al mundo. Así, misericordiados, los discípulos se volvieron misericordiosos. (Homilía de S.S. Francisco, 11 de abril de 2021) Meditación-Evangelio 24 de abril de 2022 «La Resurrección de Cristo» «El pecado
«Padre, he pecado contra el cielo y contra ti» «En el arte de ascender, la victoria no está en no caer, sino en no permanecer caído. No permanecer caído…» (Homilía de S.S. Francisco, 26 de enero de 2019). Meditación-Evangelio 27 de marzo de 2022 «Árbol
«La boca habla de lo que está lleno el corazón» «El Evangelio de hoy invita a que cada uno entre en la intimidad de su corazón y vea lo que hay en él, pues cuando se realizan juicios contra los demás, en realidad se está
«El espíritu del Señor está sobre mí» «Estamos en el Año de Gracia del Señor. Es la mismísima Trinidad actuando en la historia, iluminándola para hacer posible nuestra Salvación. A eso se refieren las Escrituras. Y es esto lo que nos dice el Señor que
«Su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas.» El Niño Jesús tenía bien clara su misión, de ahí que le dice a su Madre cuando le interroga: ¿Por qué me andan buscando? ¿No sabían que yo debía estar en la casa de mi Padre?.
«¡La libertad está cerca!» «Libres seremos pronto de levantar las banderas de la fraternidad, de la verdad, del amor, de la paz y de la justicia; libres para caminar en santidad; libres para alcanzar la felicidad en plenitud.» Meditación-Evangelio 28 de noviembre de 2021 «Mi
“¡Ánimo! Levántate, porque él te llama”. «Más fuerte que cualquier argumento en contra, en el corazón de un hombre hay una voz que invoca. Todos tenemos esta voz dentro. Una voz que brota espontáneamente, sin que nadie la mande, una voz que se interroga sobre
“Radicales en el amor”. «En el fondo, hasta el día en el que no arriesgamos la existencia con el Señor, tocando con la mano que en Él se encuentra la vida, hacemos solo teorías. En los santos vemos lo que nuestro corazón desea profundamente: autenticidad,
“Lo que mancha al hombre viene de dentro”. «La tarea de la Ley es llevar al hombre a su verdad, es decir, a su pobreza, que se convierte en apertura auténtica, en apertura personal a la misericordia de Dios; Él lo hace todo; pero tenemos